María Elena Walsh.
Colección AlfaWalsh.
Si una tortuga llega de Neuquén
a Buenos Aires en un santiamén,
lo más probable es que no haya viajado a pie.
Seguro que fue en ómnibus o en tren.
Un Gallo a una Gallina preguntó:
-¿Cocorocó? ¿Cocorocó cocó?
La Gallina, indecisa,
primero le dio risa,
pero después le contestó que no.
Si cualquier día vemos una Foca
que junta margaritas con la boca,
que fuma y habla sola
y escribe con la cola,
llamemos al doctor: la Foca es loca.
Una vez, por las calles de Caracas
aparecieron veinticinco Vacas.
Como era Carnaval,
nadie veía mal
que bailaran tocando las maracas.
Una pava con fama de letrada
fue a decir un discurso en Ensenada.
La aplaudió mucha gente
pero, naturalmente,
la Pava, sólo dijo una pavada.

justo cuando pasaba un astronauta,
que iba tan ligero
que se quitó el sombrero
pero no pudo contestarle chau.
Un Hipopótamo tan chiquitito
que parezca de lejos un Mosquito,
que se pueda hacer upa
y mirarlo con lupa
debe ser un Hipopotamito.
Llueve mucho- decía un Chimpancé-
sin embargo salí y no me mojé.
Mas lo que sucedía
es que allí no llovía:
llovía solamente en Santa Fe.

En medio de una plaza patagónica
había una Jirafa filarmónica.
Muy pálida, muy joven,
más sorda que Beethoven,
estudiaba violín, bombo y armónica.
¡Qué vanidad, señor, la del Cangrejo,
a pesar de ser feo, gordo y viejo!
Camina de costado
mirando con cuidado
por si llega a pasar junto a un espejo.
La Llama, pobre, es un animalito
poco apreciado en la ciudad de Quito,
porque en el Ecuador
hace tanto calor
que quien llama a las Llamas, está frito.
María Elena Walsh
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