¿Cómo publico mi material?

Si querés publicar tu cuento, recomendarnos libros, música u obras de teatro, sólo tenés que mandarnos un mail a: nomevengasconesecuento@gmail.com y nosotros vamos a publicarlo, a la brevedad más breve, SIN EXCEPCIONES.

También podés recomendarnos el rango de edad para el cual el cuento está pensado.

Los cuentos se dividen en:

1-Primeras lecturas

2-De 6 a 8 años

3-De 8 a 10 años

4-De 10 a 12 años.

Si el cuento es de un autor conocido, podés contarnos de qué libro y editorial es. Si es de tu autoría: ¡¡¡mejor aun!!!

También podés comentar otros cuentos, dejarnos historias cortas, chistes, ideas y todo tipo de comentarios. Gracias por construir un espacio diferente con: No me vengas con ese cuento!!!

De las muchas y variadas historias de Rufus, el superhéroe.

GRACIAS A TODOS LOS QUE PARTICIPARON!!!

Breny, Guadalupe, Matilda, Tao, Erika, Cristina, Mateo, Alan, Sol, Ian, Gonza, Sandra, Ana, Estela, Cristina, "Es Grosso", Detrás de escena, Jugá Con-migo, Tío cosa Retutteador, y a todos los que nos ayudaron (espero no nos olvidemos de nadie).

Y a Manu que inventó la consigna que impulsó las muchas y desopilantes historias de Rufus.

Manu sos un Grande!!!

Tenemos más historias de Rufus que iremos subiendo a la brevedad. Ya pueden ver su historia audiovisual en nuestro canal de Youtube: nomevengasconscuento.

http://www.youtube.com/watch?v=mvGmhrfo1Jw

Como hacer un cuento colaborativo

No me vengas con ese cuento sigue trabajando para generar contenidos nuevos de manera divertida. Por eso dejamos una consigna en Youtube.

La idea es armar la historia de Rufus, un hamster con superpoderes que puede transformarse en hierro, agua y fuego.

¿Querés ayudarnos a construir esta historia?

Si querés, podés mandarnos un mail a nomevengasconesecuento@gmail.com respondiendo estas preguntas (podés responder una o varias, lo importante es que uses mucha imaginación):

¿Donde vive?
¿Cómo oculta su identidad secreta?
¿Que defiende/a qué se enfrenta?
¿Cómo se viste?
¿Tiene amigos?
¿Cómo obtuvo sus poderes?

Piensen en un conflicto que pueda resolver usando sus poderes (recuerden que no puede resolverlo con violencia)
Piensen en un final.

¡¡¡En unos días vas a ver un cuento terminado en nuestro canal de Youtube con las ideas que nos envíes!!!

jueves, 25 de noviembre de 2010

"El Besuqueador"

De Elsa Bornemann

Le decían «El Besuqueador» o «El Besuquero». ¡Y bien merecido por cierto!

Aquel muchacho tenía una costumbre rarísima.
¿Saben cuál? Pues besar a personajes famosos. Se lo pasaba viajando de un lado a otro, en compañía de su fotógrafa particular. Iba llevado —tan sólo— por su deseo de estampar sonoros besos en las mejillas de presidentes, actores, deportistas escritores, músicos, bailarines...

A cuanto personaje muy conocido lograba acercar¬se... ¡CHUIC!... le daba un beso. Su fotógrafa particular apresaba aquel momento en su maquinita: ¡CLIC!

¡Qué feliz se sentía entonces «El Besuquero»! Tanto como cuando —ya de regreso en su casa— contemplaba su colección de fotografías que tapizaban to¬das las paredes de la vivienda. Ah... En cada una de ellas podía vérselo besando a algún famoso...

La mayoría de las veces el muchacho no salía muy favorecido que digamos; tales eran las contorsiones que debía hacer para dar sus «besos a la fuerza»... tantos eran los codazos que propinaba para abrirse paso entre el gentío y los guardaespaldas que suelen rodear a los grandes personajes... En síntesis: salía mal en las fotos... por lo general aparecía como un chiflado... pero ese detalle no empequeñecía su felicidad.

—¿Se da cuenta de la cantidad de gente importante que llevo besada? —le dijo un día a su fotógrafa panicular—. ¡Soy tan importante como ellos!
Y se puso a cantar:

De mi boquita
nadie se escapa.
Besé a una reina,
también al Papa...

—¡Bah, bah!, ¡más le convendría hacerse gárgaras de talco, en vez de decir tamañas pavadas! —exclamó –de repente– la fotógrafa, mientras revelaba la última instantánea que le había tomado al Besuqueador, besuqueando al más publicitado futbolista de Mongonesia.

El muchacho se quedó mudo al escucharla. Aquella joven lo habla acompañado desde el comienzo de sus viajes a través del mundo... Jamás le había hecho ningún comentario... ¿Qué le pasaría?

—¡Qué le pasa? —le preguntó entonces.
—Pasa que estoy harta, harrrta de trabajar para usted, un hombre tan pavo...
—¿Pavo yo?
—¡Pavísimo! ¡Con esa manía de besar porque sí... y jamás un besito para alguien que lo quiera! Además... ¿a usted quién lo besa? ¡Nadie, nunca, le dio un simple besito de amor! ¡Renuncio a mi empleo! ¡No lo soporto más! Adiós.

La joven se fue llorando. ¿Por qué lloraría?

Durante varios meses, el Besuqueador no salió a besuquear, tal era su confusión debido a las palabras de la fotógrafa.
Encerrado en su casa, pensaba en ellas una y otra vez.
¡Ah...! pero también pensaba en ella una y otra vez...
Hasta que un día, sintió que volvía a tener unas enormes ganas de dar un beso... ¿A quién?
Pues a aquella muchacha anónima.
Entonces, la llamó por teléfono, le mandó un telegrama y le escribió una carta para decírselo...

Y el besito que los unió más tarde fue de amor, de verdadero amor...
Por supuesto, se pusieron de novios y se casaron.
Poco tiempo después, con todas sus ridículas fotos del pasado, el ex-besuqueador publicó un álbum titulado:
«CUANDO YO ERA PAVO»...

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