El aviador trataba de mantener estabilizada su nave, el reloj del combustible le indicaba que aún tenía media hora de vuelo. Observando hacia la izquierda podía ver el inquietante frente de tormenta que se acercaba a una velocidad muy rápida. En un abrir y cerrar de ojos los rayos y truenos estaban sobre él, ya la tormenta envolvía y sacudía a la pequeña e indefensa aeronave. De pronto del epicentro del temporal surgió una extraña calma, y lo que el aviador vio lo dejó asombrado, dos extraños objetos voladores, nunca había visto algo así. Uno de ellos se acercó a la cabina de su avión, suspendido en el aire como si colgara de un hilo invisible.
Sintió cómo una fuerza poderosa lo atraía, su avión había dejado de funcionar, pero para su sorpresa no había modificado su posición, no perdía altura, no daba vueltas, sólo se mantenía como en la nada. ¿Qué estaba ocurriendo?
Una extraña voz con sonido metálico y desagradable estaba ordenándole que se sacara el cinturón y saliera de la nave…¿Salir del avión?, Adonde,¿Al vacío?
Pero caería de inmediato hasta estrellarse en la tierra ¿Y el avión? ¿Y el cargamento de oro y piedras?
No, no podía ser, todo esto no era más que un sueño, seguramente lo había vencido el cansancio del largo viaje y había soñado por un instante.
Pero no, ahí estaba otra vez esa voz ordenando amenazante.
Su avión comenzó a cabecear peligrosamente, las alas crujían como si fuesen a desprenderse del cuerpo del aparato.
Cuando ya pensaba que sus minutos estaban contados el ovni se alejó de golpe, desapareció a toda velocidad, elevándose y dejando una estela de luz azulada y centellante.
Del lado derecho de la cabina pudo divisar al otro artefacto que lo saludaba con un guiño de luces, luego se colocó por delante de él suavemente, prendió más luces, muy extrañas también pero de un color más cálido y como por arte de magia su avión comenzó a ronronear, cobró vida. Y de pronto había dejado atrás la tormenta y podía ver el pequeño aeropuerto privado para comenzar a descender.
Cuando ya la avioneta se hallaba en tierra, quieta como un pájaro dormido. El hombre cerró los ojos, recordó lo ocurrido como si fuera una película y envió mentalmente un mensaje “A quien quiera que haya sido mi salvador ¡Gracias!” y en ese mismo instante el ovni pasó por delante de la cabina, quedó sin moverse un momento y se elevó a todo vuelo.
Breny